domingo, 24 de febrero de 2013

Sueños Pesados

Siempre miraba antes de ir ala cama aquel candelabro tan rustico y hermoso que mi abuelita reposaba justo al pie de su habitación,colgado en aquellos altos,inmensos y tan amplios pasillos de esa casa que paresia de juguete pero a la vez demasiado siniestra y aterradora,casi sacada directamente de alguna historia de aventuras épica.
Creo que tiene una historia interesante,tal como la casa lo dicta,de más que siniestra pero muy bien guardada,sin embargo,por el hecho de que nadie tiene tan mala lengua como para contarla,mejor le soy completamente indiferente por mis tan debiles nervios.
Sin más,y,tratando de olvidar todo eso entre junto con mi abuelita,yo,completamente emocionada a aquella gran habitación que sólo era una más de esa enorme casa.
Como siempre,lo primero que roba casi descaradamente mi atención y hace que la piel se me torne palida y enchinada son esos cuadros,esas pinturas aparentes a la misma época y quien quita,hasta talvez del mismo autor.
Pinturas donde los personajes parecián ya personas de carne y hueso posando detrás del marco,enojadas,tristes,agotadas y frustradas de estar posando por siglos y siglos exactamente de la misma manera,viendo todo el tiempo el mismo punto fijo en la pared.
Y también ese asqueroso frío o insoportable calor que envuelve todo el cuerpo cuando admiraba esos paisajes tan esteticos,dependiendo de cual se tratase.
Cuando al fin pude moverme después de tanta lluvia de sentimientos y emociones,mi abuelita me toma del hombro y aun al pie de la puerta,caminamos juntas por la gran habitacíon y ella me lleva a por el tocador,justo en frente de la cama,un colchon enorme con unas sabanas bordadas con aspecto suave y como tal litera,con un enorme marco de madera recubierto hasta el suelo por una cortina de seda en donde parecia que nadie se había acostado ahí por años.
Ella me sento en el tocador,frente a ese gran espejo y de entre uno de tantos cajones saca un hermoso peine blanco,parecia algún tipo de piedra muy fina y unos lindos arreglos florales.
Empieza a acariciar y soltar mi cabello para después peinarlo sauvemente.
Al cabo de un rato,de la mano y guardando aquel peine justo de donde lo saco,me lleva a esa enorme cama y me acuesta,pero a pesar de todo era muy suave y comoda y al cabo de unos minutos,ignorando bruscamente las miradas de aquellas pinturas,simplemente cai en profundo sueño sin antes sentir como mi abuelita me da un beso en la frente y  se retira de ahí.
Derrepente,mi madre irrumpe en mi pequeña habitacíon abriendo la puerta con lagrimas en los ojos,yo apenas despierta por eso la miro y ella me dice;
-Hija,baja ya a desayunar y vete alistando,recuerda que más tarde iremos al sepelio de tu abuela.
De la misma manera como abrio la puerta la cerro,como si nunca la hubiese abrido...Y sí,en definitiva ya no vuelvo a cenar tan pesado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario