domingo, 31 de marzo de 2013

XIV

Sin saber el inicio ni imaginar el final en estos enormes ríos de lagrimas y sangres.
Aquellos fuertes gritos de ofensa ante los libres que sólo son el realidad imploros patéticos de ayuda a los rebeldes.
Nadie se mira sino,sólo en el hueco del sonido que abruma las habitaciones y exaltan los corazones.

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